Claves de Comunicación
- El Diccionario Visual: Señales de Calma.
- Los perros constantemente nos envían señales para decirnos “estoy incómodo”, “necesito espacio” o “no busco problemas”. Aprender a verlas es crucial.
- El tip: Presta atención a estos gestos sutiles:
- Bostezar (cuando no tiene sueño): Señal de estrés o para calmar a otro.
- Relamerse el hocico: Incomodidad, nerviosismo.
- Girar la cabeza o el cuerpo: “No quiero conflicto, te estoy dando tu espacio”.
- Olfatear el suelo de repente: Una forma de evitar una situación tensa.
- El truco: Cuando veas estas señales en tu perro (o en otro que se acerca), respeta su mensaje. Dale espacio, reduce la intensidad de la situación y no le fuerces a interactuar.
- La Correa no es un Teléfono, es un Sismógrafo.
- Creemos que con la correa damos órdenes, pero en realidad, transmitimos emociones. Tu miedo, tu frustración y tu estrés viajan por esa cinta y le llegan directamente a tu perro.
- El tip: Una correa tensa es sinónimo de peligro inminente para tu perro. Si tú estás tenso, él pensará que hay una razón para estarlo y se pondrá en alerta máxima.
- El truco: ¡Respira y suelta! Antes y durante el paseo, haz un esfuerzo consciente por relajar tu brazo y mantener la correa floja (formando una “J”). Una correa relajada le dice a tu perro: “Todo está bajo control, confía en mí”.
- Tu Energía Habla Más Fuerte que tus Palabras.
- Puedes decir “tranquilo, perrito, tranquilo” con una voz dulce, pero si tu corazón va a mil por hora y tu cuerpo está rígido porque ves venir a otro perro, tu perro no escuchará tus palabras. Sentirá tu pánico.
- El tip: Los perros son maestros en leer nuestra energía. Coherencia es la clave. Tu estado mental y emocional debe coincidir con lo que quieres transmitir.
- El truco: Conviértete en actor. Antes de enfrentarte a una situación estresante, adopta una postura de calma y seguridad: hombros hacia atrás, respiración profunda, mente en blanco. Finge calma hasta que se haga realidad. Tu perro responderá a esa energía de líder sereno.
La verdadera comunicación no se trata de enseñar trucos, sino de construir un puente de confianza y entendimiento mutuo. Al aprender a “escuchar” con los ojos y a “hablar” con tu calma, dejarás de tener un perro que te “obedece” por miedo y pasarás a tener un compañero que “colabora” contigo por confianza.